Un ciudadano se ha dirigido a la Sindicatura para presentar una queja que expone las molestias que provoca la constante circulación de autobuses turísticos en la calle Cartagena, una de las vías con más pendiente de la ciudad de Barcelona.
En concreto, se trata de la Ruta Azul del Bus Turístico, que circula habitualmente por la calle Cartagena: cada día, excepto el 1 de enero y el 25 de diciembre, de 9 a 19 horas, con una frecuencia de entre 20 y 30 minutos según la época del año.
El Covid-19, punto de inflexión para la frecuencia de buses turísticos
Después de la pandemia, la frecuencia del bus turístico se redujo considerablemente. Según ha informado el consistorio, se aprovechó aquel momento para estudiar la nueva regulación del bus turístico, teniendo en cuenta la calidad del servicio y, sobre todo, su impacto en la vía pública y en la ciudadanía.
La calle Cartagena y su movilidad
Cómo se ha detallado antes, el servicio de la Ruta Azul del Bus Turístico está operativo de 9 a 19 horas, con una frecuencia de entre 20 y 30 minutos. Esto significa que suben cada día una media de 25 autobuses turísticos por la calle Cartagena. Así mismo, por esta calle circulan otras líneas de autobuses urbanos, que incrementan el volumen de vehículos en la vía.
El Ayuntamiento de Barcelona ha argumentado que evitar el paso del bus turístico por la calle de Cartagena no es posible porque la alternativa para subir al Park Güell es la calle de Praga, todavía más estrecha (10 metros frente a los 20 metros de la calle de Cartagena), y con una sección de caja cerrada que evita la disipación del sonido (en cambio, la calle de Cartagena tiene la fachada abierta en el lado Besós).
Las molestias por contaminación
Hay que recordar que la normativa en materia de tráfico y seguridad viaria reconoce a los ayuntamientos la potestad discrecional para ordenar el tráfico y la circulación de vehículos y peatones en el espacio público. Sin embargo, la Sindicatura considera que los límites de esta discrecionalidad radican en el respecto a los derechos de ciudadanía, entre los cuales hay que destacar, en este caso, el derecho a un medio ambiente sano y el derecho al espacio público.
La queja ciudadana recibida denuncia las molestias por contaminación acústica y atmosférica que generan los vehículos de transporte turístico que pasan diariamente por el tramo de la calle de Cartagena.
La Sindicatura de Greuges de Barcelona no ha observado que se hayan llevado a cabo mediciones por parte del consistorio para conocer de manera objetiva cuál es el grado de afectación que sufren las personas vecinas de esta calle.
En esta línea, el consistorio ha comunicado a la Sindicatura que, a pesar de que actualmente no hay autobuses eléctricos en la red de bus turístico, se valora el uso de vehículos menos contaminantes y ruidosos en las nuevas licitaciones que están en proceso.
Por lo tanto, el Ayuntamiento es consciente que los autobuses que se están utilizando no son los más eficientes y sostenibles. En consecuencia, hay que invertir más esfuerzos para mejorar la sostenibilidad de estos vehículos de transporte turístico, con el objetivo de asegurar la calidad de vida de la ciudadanía y su derecho a una ciudad sostenible.