El objetivo sería el seguimiento y control efectivo de las afectaciones que supongan las obres de la L8 de FGC en el parque de Joan Miró.
Entre estas afectaciones, la defensoría destaca la importancia de reponer los árboles talados y recuperar los espacios verdes malogrados.
Barcelona, 29 de agosto de 2024 – La Sindicatura de Greuges de Barcelona ha recomendado al Ayuntamiento promover la creación de una comisión de seguimiento de las obras de la L8 de FGC, conjunta con la Generalitat de Catalunya, en el que participen todas las personas interesadas y que asegure la transmisión de información sobre la evolución de las obras y las posibles incidencias.
La defensoría de la ciudadanía barcelonesa hará un seguimiento de las actuaciones municipales para garantizar que, una vez se acaben las obras en la zona del parque de Joan Miró, se repongan los espacios verdes y se trasplanten los árboles talados.
Las obras de la L8 de FGC
Las obras de la L8 de los FGC empezaron el martes 6 de agosto y su ejecución afecta a la arboleda del parque de Joan Miró, puesto que se convertirá en el espacio logístico de los trabajos para alargar la línea de los ferrocarriles entre la plaza de España y Gracia. Según información del Ayuntamiento, entre la vegetación damnificada, hay 94 elementos: 75 pinos y 19 árboles más, de los que casi la mitad son palmeras.
Barcelona, una ciudad con necesidad de espacios verdes
Barcelona se encuentra muy por debajo de los baremos deseables en cuanto a superficie de verde urbano por habitante: la OMS indica que deberían ser de 10-15 m², mientras que en la ciudad barcelonesa es de menos de 7 m². Justamente en el distrito del Eixample, donde tienen lugar las obras, la cifra es todavía más negativa: menos de 2 m² de verde urbano por habitante.
Para trabajar en la mejora de este grave déficit, la Sindicatura ha recordado al consistorio que debe hacer todos los esfuerzos posibles para que los parques y jardines de los que dispone la ciudad estén en buenas condiciones y se puedan utilizar para favorecer la calidad de vida y el bienestar de la ciudadanía. Es en este punto donde la defensoría de la ciudadanía barcelonesa hará el seguimiento y control de estas obras, con el objetivo de comprobar que no se pierde ningún espacio verde en la ciudad.
La responsabilidad municipal para minimizar las afectaciones en el vecindario
El Ayuntamiento, a pesar de no ser el responsable directo de las obras de ampliación de la línea L8 de FGC, debe velar para que las incidencias en la ciudadanía sean las mínimas posibles y se resuelvan lo más pronto mejor. En concreto, las obras ocasionarán afectaciones en el carril bici del lado norte de la Gran Vía, la parada doble de bus, la parada del aerobús, y otras calles como la carretera de la Bordeta y la avenida del Paralel.
En cuanto a la duración prevista de la ocupación del espacio donde se instala la zona logística, el consistorio no facilitó una respuesta concreta a la Sindicatura de Greuges de Barcelona. Por este motivo, a pesar de que se informó al vecindario que la afectación seria por dos años y medio, visto lo que ha pasado en otras obras de gran envergadura, la Sindicatura quiere remarcar la conveniencia de ajustarse al máximo a los plazos de ejecución y, si puede ser, intentar reducirlos por todos los agravios que supondrán para el vecindario más próximo.
En esta línea, la Sindicatura ha recomendado al consistorio que promueva la constitución de una comisión de seguimiento de las obras, conjuntamente con la Generalitat de Catalunya.