Los representantes patronales se quejaron del trato que reciben: “Siempre somos los responsables, de manera injusta, de todo aquello que sucede por la noche, aunque sea en la vía pública y a 200 metros de los locales”. Denuncian la inseguridad jurídica, la presunción de culpabilidad que pesa sobre ellos, la carencia de ayudas públicas y el desamparo que sufren.